martes, 25 de agosto de 2009

La película de los recuerdos de mi niñéz.

Del otro lado del rio me rio y me desgasto. Me transformo en bicicleta y recorro en eses las avenidas, al otro lado del rio me arrancaron un pedazo de alma, perdí 30 kilos y una palanca de porros en alguna esquina, al otro lado del tiempo tengo un televisor blanco y negro, un conejo inflable, olor a gas oil del taller de Raul. Tengo la certeza que con un solo chasquido de dedos del corazón se puede viajar al pasado, dar la vuelta al mundo en patinetas, comer frutos salvajes del Afica sin salir del patio de la casa de mi niñéz. Estoy pensando crear una nave con celulares y computadoras rotas y que me lleve a los dibujos animados de mi escuela, que aterrize en las terrazas de todos mis compañeros de clases... jugando en las canteras del cerro, tratando de hablar a otros planetas con walkie talkies.
Del otro lado de mi memoria estan la máquina de escribir de Lucía, los libros que me leia por las noches Aida.
Las escondidas en el puerto, el salto mortal en las tablas y el arroyo de las vacas. En mis bolsillos encontré un resto de gofio, un cassette de atari, un autito de coleccion pintado con esmalte de uñas, una pelota de peñarol rajada por el viejo Andrés, el barrio Mihanovich de Carmelo, la culebra mascota de Bairo. El ojo de una tormenta de verano, el mate cocido en la playa de la boca. En mis ojos tengo una imagen de la tarde que me hice liceal. mi primer dia de clases, la radio mono Hitachi, la Graziella contrapedal. la vez que me toco perder una pelea a piñas y sangrar la nariz, el zumbido de the Cure y "Boys don't Cry", el peugeot 403 de papá, , un verano en la barra del Chuí, los cuentos de mi tia Graciella de la escuela de Paso de la Arena, los viajes a la colonia Saint Bois con el asma apretandome el pecho, Islas Canarias y Garzón, Angel Salvo 73, Una noche Golpeando ollas con un palo de escoba en la terraza de lo Beatríz. En éste lado del tiempo está éste yo, del otro lado del tiempo las secuencias de mi vida, la película de los recuerdos de mi niñéz.

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