sábado, 3 de marzo de 2012

Mora el renacimiento

Tanto hubiese querido verte el dia que mi reloj marcó la hora del dolor, no en vano en la lluvia aparecistes, como la máquina que lava almas en el cruce de la avenida. Hoy pienso que aquello de volar ya no tendría sentido si no podemos tocarnos en tierra, pues el angel del amor hace su trabajo desde la planta de los pies y amagando la eternidad en el calor de un abrazo, en el tacto de tus manos, en la perfecta curva de tus besos. Quise escribir poemas de amor oculto en las sombras y solo pude dibujar un soneto en espiral lleno de confusiones. Por eso hoy comienzo como aquella vez cuando me enamoré en el pupitre del primer grado de la escuela. No hay nada que juntar en lo escrito atrás, se nace en la letra una vez más. No importa desapegarme de lo que alguna vez me llevó por senderos infinitos y que algunos terrestres aislados dijeron encontrar la prosa del entendimiento. Hoy genesis soy de esta nueva palabra. lejos de querer causar una sensación, dejo sentir a mi propio corazón lo que él busca. Sólo amor.

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